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Traducción al castellano del artículo publicado en  el TRIANGLE, 16 de junio de 2009

Este artículo muestra la polarización por clase social del sistema educativo de Cataluña, uno de los más polarizados de Europa, resultado de las políticas públicas educativas del Gobierno nacionalista conservador que gobernó  Cataluña veintitrés años. Los gobiernos de izquierda que se establecieron a partir del 2004 han hecho cambios muy sustanciales en el sistema educativo, mejorando notablemente la escuela pública. No obstante, a no ser que se elimine la potestad de las escuelas privadas de escoger los estudiantes, discriminan a los hijos de la clase trabajadora y a los inmigrantes, esta polarización social continuará en Cataluña.
El sistema educativo de Cataluña es uno de los sistemas más polarizados por clase social existentes en Europa. Los hijos de las clases más pudientes (el 35% de la población) se educan en las escuelas privadas (concertadas) y los de las clases populares (el 65% restante) se educan en las escuelas públicas. Esta situación se heredó de la dictadura franquista, responsable del enorme retraso educativo en España y en Cataluña. La llegada de la democracia permitió corregir algo tal enorme déficit educativo, pero en Cataluña la polarización social –consecuencia del bajo gasto público educativo- se perpetuó durante el gobierno de la coalición nacionalista (compuesta por un partido liberal y un partido conservador cristiano demócrata) que dirigió el sistema educativo catalán durante veintitrés años (1982-2004). Al final de su mandato, en 2003, el gasto educativo en Cataluña (2.839 euros) era uno de los más bajos en España (3.161 euros), que era, a su vez, el más bajo de la UE-15 junto con Grecia y Portugal.

La escuela más beneficiada por las políticas educativas del gobierno de la coalición conservadora-liberal fue la escuela privada (la gran mayoría gestionada por la Iglesia catalana) que recibió el subsidio más elevado (llamado concierto) existente en España (y en la UE-15). El 24% de todo el gasto público en educación no universitaria de la Generalitat de Catalunya iba a subsidios para la escuela privada, porcentaje más elevado que en España (16%) y mucho más elevado que en la UE-15, un 9%. En Suecia y Finlandia (las escuelas de mayor calidad según el informe PISA que mide la calidad de las escuelas en los países de la OECD) era sólo un 4%. Las escuelas privadas en Cataluña tenían más recursos por alumno que las públicas debido, en parte, al elevado subsidio, en parte, a la capacidad de seleccionar a los alumnos, seleccionando a los hijos de las familias que podían pagar sus matrículas y otro tipo de gastos; realidad que era ilegal pero que todo el mundo sabía, y muy en particular, el gobierno nacionalista conservador-liberal, cuyo Presidente, el Sr. Pujol, admitió que el propio gobierno hacía “trampas” para apoyar tales escuelas. Esta selección de alumnos incluía la exclusión de niños y niñas de la clase social trabajadora e inmigrantes. El 93% de estos últimos se concentraban en la escuela pública, cuyo gasto por alumno era menor que el de la privada. En realidad, el mayor gasto en la privada les permitía dar una hora al día más de clase que la pública, lo cual implicaba que un graduado de una escuela de secundaria privada había tenido un año lectivo más que un graduado en la pública cuando terminaba sus estudios.

Este clasismo se reproducía en la Universidad pública donde, por cierto, el gasto por alumno (4.861 euros) era superior al promedio de España (3.968 euros), y ello era también consecuencia de la composición de clase del alumnado universitario, la gran mayoría procedentes de la escuela privada (concertada). El 66% de los hijos de los padres con educación superior pasaban a la Universidad. Sólo el 17% de los hijos de la clase trabajadora no cualificada y el 10% de los trabajadores agrícolas pasaban a tales centros de educación superior.

El gobierno tripartito ha hecho cambios a partir del 2004, cambios muy importantes, de los cuales el más llamativo ha sido el enorme crecimiento del gasto público educativo. Está claro que la escuela pública ha pasado a tener una prioridad que no tenía en el gobierno anterior. Ahora bien, persisten problemas graves, bien documentados en el excelente informe La segregació escolar a Catalunya del Sindic (el defensor del pueblo), publicado en 2008 y que casi pasó desapercibido en los medios. La polarización educativa por clase social continúa en Cataluña y se basa en la capacidad de las escuelas privadas de seleccionar a sus alumnos y que no cambiará si la propuesta pactada por PSC, ERC y CIU fructifica y se aprueba en el Parlament. La aprobación de tal ley (que tiene, por otra parte, componentes muy positivos) significará que Cataluña continuará teniendo uno de los sistemas educativos más polarizados por clase social existente en la UE-15. Se perderá así la oportunidad de crear la escuela multiclasista, donde se forme el ciudadano con un alumnado que reproduzca la composición social del país. ¡Será una enorme oportunidad perdida!

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