Article publicat per Vicenç Navarro a la columna “Dominio Público” al diari PÚBLICO, 8 de gener de 2015.
Aquest article assenyala que Espanya no és només un dels països més desiguals del món capitalista desenvolupat, sinó que és un dels que ha vist les seves desigualtats créixer més ràpidament.
España es uno de los países con mayores desigualdades de renta y de riqueza en el mundo capitalista desarrollado. Y de ello raramente se habla en este país. Excepto un número escaso de artículos que tratan de este tema, las desigualdades apenas tienen visibilidad mediática. ¿Por qué? Antes de explicar y dar respuesta a esta pregunta, permítanme que analice cómo han ido evolucionando las desigualdades en el mundo. Comencemos por describir cómo se mide esta desigualdad, tanto en cada país como entre países de semejante nivel de desarrollo. Y empecemos por analizar la evolución de las desigualdades en los países capitalistas desarrollados, entre los cuales se incluye España.
Una manera de medir estas desigualdades es ver la distancia que hay entre el nivel de renta promedio de la gente más rica (el 10% de la población con una renta más elevada) y la gente más pobre (el 10% de la población con una renta más baja). Pues bien, cuando se utiliza este indicador vemos que en la mayoría de países más ricos de la Unión Europea (UE), así como en EEUU y Canadá, las desigualdades han crecido de una manera muy notable durante los últimos veinte años, siendo España el país que, además de ser el más desigual, ha sido también donde las desigualdades han crecido más notablemente. Solo EEUU es más desigual que España. Y las desigualdades han crecido en aquel país incluso más rápidamente que en España. En este último país, los más ricos han pasado de tener 10 veces más ingresos que los más pobres, a tener 14 veces más (en EEUU han pasado de 12 a 16 veces). En comparación, en Noruega han pasado de 4,5 a 6,2 veces, y en Suecia de 4 a 6 veces. Si en lugar de los ricos consideramos a los súper ricos (el 1% de renta superior de la población), vemos que estos tienen en España unos ingresos 120 veces más grandes que el salario promedio, una ratio que es incluso más alta que en EEUU (1/80).
¿Por qué este crecimiento de las desigualdades?
Una de las causas (y a la vez una de las consecuencias) de estas enormes desigualdades es que en EEUU y en España los establishments financieros y económicos tienen un enorme poder e influencia sobre sus instituciones políticas y mediáticas. Y el que las desigualdades sean incluso mayores en España que en EEUU (cuando se analizan los súper ricos versus los demás) se debe al exagerado tamaño que el sector financiero tiene en la economía española (tres veces proporcionalmente mayor que en EEUU), siendo este sector donde se encuentra la concentración de las rentas con especial intensidad, tanto entre los accionistas como entre los gestores del capital financiero. Los banqueros en España están entre los mejor pagados en Europa.
Cuando miramos las desigualdades entre los países de menor desarrollo económico, vemos que en estos países las desigualdades son mucho mayores, siendo muy acentuadas en los países de América Latina, que fueron en su día parte de los imperios portugués y español. Brasil es uno de los países con mayores desigualdades. Los ricos (el 10% de renta superior del país) al inicio del siglo XXI tenían unos niveles de renta 80 veces superiores a los de los pobres (el 10% de renta inferior del país). Los ricos en estos países (y todavía más los súper ricos) tienen unos niveles de renta comprables, e inclusos superiores en algunos casos, a los de sus homólogos en los países capitalistas desarrollados. Los súper ricos del Brasil, por ejemplo, son tan ricos como los súper ricos de Francia. En realidad, algunas de las personas más ricas del mundo viven en países llamados pobres.
Es posible reducir las desigualdades a través de políticas públicas redistributivas
Es importante señalar que en la mayoría de países de América Latina, que alcanzaron el máximo de sus desigualdades a finales del siglo XX (durante el apogeo y aplicación de las políticas neoliberales) se han visto descender, en algunos casos notablemente, estas desigualdades a principios de este siglo, el siglo XXI, consecuencia del cambio de signo político de los gobiernos, la mayoría en manos de partidos de izquierda y/o centroizquierda. Brasil es un claro ejemplo, bajando de 80 a 52 veces (desde 1995 a 2010) la diferencia entre la renta del 10% más rico y la del 10% más pobre.
Es importante señalar que este descenso de las desigualdades en estos países es acompañado por un fuerte crecimiento económico, mayor que el que tuvieron los países capitalistas desarrollados, con lo cual las diferencias de desarrollo económico se han ido recortando. El PIB per capita del Brasil pasó de ser el 26% del PIB per capita de EEUU (en el año 1994) al 28% (en 2013), lo cual ocurrió también en la mayoría de países emergentes (India, Rusia y China). El caso del Brasil ha mostrado que pueden reducirse las desigualdades y a la vez crecer en nivel de riqueza más rápidamente que en las épocas neoliberales, y ello debido, en parte, a que el motor de su economía se ha basado en el crecimiento de la demanda doméstica, conseguido en parte como resultado de políticas redistributivas en lugar de políticas para favorecer las exportaciones, el estímulo preferido por los neoliberales. En realidad, las medias redistributivas han sido una condición para el despegue económico de esos países. En España, por el contrario, se han estado siguiendo políticas de austeridad y de presionar (mediante reformas laborales) para la bajada de salarios. Y así nos va. Es el austericidio. (Fuentes de datos: Arthur MacEwan, Inequality in the World; Branko Milanovic, Worlds Apart: Measuring International and Global Inequality; The World Bank, Development Research Group, Poverty and Inequality, Dec 2013; Christoph Lakner y Branko Milanovic, Global Income Distribution: From the Fall of the Berlin Wall to the Great Recession)