Article publicat per Vicenç Navarro a la columna “Pensamiento Crítico” al diari PÚBLICO, 18 de juliol de 2014.
Aquest article analitza els errors realitzats per la política exterior de la Unió Europea, incloent Espanya, que van concloure en resultats oposats als que desitjava.
Mientras que mucho se ha escrito sobre las consecuencias deseadas o no deseadas de las intervenciones militares de EEUU en varias partes del mundo, poco se ha escrito sobre los errores realizados por países europeos en sus intervenciones semejantes, cuando no idénticas, a las del gobierno federal de EEUU. Vayamos caso por caso.
Irak. Intervención militar apoyada por varios gobiernos europeos, y muy en especial por el gobierno laborista británico liderado por el Sr. Blair, y por el gobierno conservador español liderado por el Sr. Aznar. Como resultado de esta intervención, hoy Irak está en una situación muchísimo peor que cuando estaba gobernada por el dictador Sadam Husein. Este país, desmembrado, está a punto de caer en las manos de una de las fuerzas musulmanas más reaccionarias y brutales que hayan existido en aquella parte del mundo. Y la Unión Europea, que tiene su propio Ministro de Asuntos Exteriores, no ha dicho ni pío.
Afganistán, donde varios países, incluyendo España, enviaron tropas para, en teoría, combatir a las fuerzas terroristas que amedrentaban el país. Hoy Afganistán sufre un enorme conflicto interno, con las fuerzas talibanes, claramente extremistas, gozando de un creciente apoyo popular, que está amenazando el régimen actual, mal denominado democrático. Frente a esta realidad no ha habido la más mínima autocrítica por parte del establishment que dirige la política exterior de la UE.
Libia, en la que varios países europeos, incluyendo España, echaron al coronel Gadafi del poder, operación justificada según el intelectual orgánico de dicha invasión, el Sr. Bernard-Henri Lévy, por el compromiso que Europa tiene con la libertad. Tal intervención se produjo con la oposición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que en marzo del 2011 había aprobado la Resolución 1973, que llamaba a un cese de las hostilidades, y que fue aprobada, por cierto, por el coronel Gadafi. Francia, el Reino Unido y EEUU (y también España, que ofreció apoyo a la invasión) desoyeron y desobedecieron esa propuesta, invadiendo Libia. Como consecuencia, hoy, además de no haber libertad por ninguna parte en Libia, el gobierno de este país está desbordado, y los terroristas han adquirido mucho más poder e influencia del que nunca tuvieron en aquel país.
¿No cree el lector español que deberían, no solo denunciarse tales intervenciones (que claramente han empeorado sustancialmente la situación), sino que se le tendrían que pedir cuentas a la UE, incluyendo al Estado español, por su enorme incompetencia (compartida con los gobiernos citados en el artículo), habiendo conseguido todo lo contrario de lo que decían querer?
Una última observación. Una característica de las derechas en España es la de monopolizar el sentimiento patriótico del país, presentándose a sí mismas como las más patrióticas y comprometidas en sostener la soberanía de España. Es más que sorprendente que dicha autopercepción se reproduzca en su proyección mediática, pues han sido los gobiernos conservadores y liberales (las derechas) los que sistemáticamente han seguido comportamientos serviles dependientes de los grandes poderes militares extranjeros, violando la soberanía popular. El argumento que las derechas (y muchas voces en las izquierdas gobernantes) utilizan constantemente es que somos un país pequeño que necesita colaborar con otros más grandes. El gobierno de Olof Palme de Suecia, país en muchos aspectos más pequeño que España, gozó de un enorme prestigio internacional por su independencia y coherencia con sus valores. ¿Por qué no podrían hacer lo mismo los supuestamente patriotas españoles?
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