Article publicat per Vicenç Navarro a la columna “Pensamiento Crítico” al diari PÚBLICO, 7 de gener de 2015.
Aquest article mostra la manca de rigor i credibilitat de l’economista J.C. Díez, un dels més visibles als mitjans d’informació i persuasió del país.
El documento que el Profesor Juan Torres y yo (titulado “Democratizar la economía para salir de la crisis mejorando la equidad, el bienestar y la calidad de vida. Una propuesta de debate para solucionar los problemas de la economía española”) hicimos a petición de Podemos (y que este partido ha distribuido ampliamente bajo el nombre de “Un proyecto económico para la gente”) ha despertado una gran hostilidad por parte de los mayores promotores de la sabiduría convencional que gozan de grandes cajas de resonancia puestas a su disposición por los grandes grupos financieros y empresariales del país, que ejercen una enorme influencia en los mayores medios de información y persuasión así como en los principales partidos políticos gobernantes del país. Estos defensores del statu quo – los economistas gurús mediáticos – marcan ahora las pautas de la campaña de desprestigio en contra del documento y también de sus autores.
Uno de estos economistas es José Carlos Díez, profesor de Perspectivas Económicas Globales de la Universidad de Alcalá, que tiene una columna en El País, desde donde promueve los dogmas del conocimiento económico dominante. También lo hizo en el programa La Sexta Noche que se dedicó, por primera vez, al documento que Juan Torres y yo escribimos. Y ha aparecido en muchos canales de televisión y estaciones radiofónicas manipulando les datos de nuestro documento sin ningún freno en sus manipulaciones y prácticas claramente deshonestas. Es, sin lugar a dudas, uno de los muchos economistas (algunos con chaquetas muy llamativas, y otros sin) promovidos por los medios de información del establishment financiero y económico.
Leyendo a tales gurús mediáticos, sin embargo, sorprende la tolerancia que existe en tales medios hacia su clara incompetencia. Tal tolerancia no se presenta en otras áreas de conocimiento. Si un médico, por ejemplo, se equivoca en su diagnóstico y tratamiento a un paciente, y dicho error ocurre con frecuencia, aquel médico es probable que pierda no solo su prestigio y respeto profesional, sino incluso su puesto de trabajo, con sanción incluida. Esto nunca ocurre, sin embargo, con los economistas cuyos diagnósticos y propuestas de tratamiento han sido erróneos y han dañado, en consecuencia, el bienestar de millones de personas. En realidad, continúan gozando de acceso a los medios, sin que sus probados errores e incompetencias les supongan el menor coste. Un caso claro es el del economista en cuestión, el Sr. José Carlos Díez, que fue asesor económico del gobierno Zapatero. La revista catalana Cafèambllet, en diciembre de 2014, ha publicado un extenso artículo que muestra los diagnósticos y pronósticos de este personaje, contrastándolos con los datos empíricos que muestran hasta qué grado tal individuo ha errado en su práctica profesional. Veamos algunos ejemplos, contrastando lo que predijo y lo que ocurrió:
En El Mundo escribió el 09.06.2006 que “la probabilidad de ver una caída significativa del precio de la vivienda es cercana a cero”. Datos: según el Instituto Nacional de Estadística, desde 2007, el precio de la vivienda cayó nada menos que un 36%.
En Economía Exterior, en abril de 2007, escribió que “se tiene que contrarrestar el mito de la burbuja inmobiliaria en España”. Predeciblemente la patronal de la construcción distribuyó ampliamente dicho diagnóstico como parte de su campaña para “desmitificar los mensajes negativos que afectan a la confianza del comprador… No hay ningún peligro de que los precios bajen”. Datos: los precios bajaron y mucho.
En Cinco Días, el 22.11.2009, escribió que “los precios han tocado fondo. La demanda de viviendas se está recuperando”. Datos: los precios continuaron bajando.
Todos los datos empíricos, fácilmente accesibles, muestran lo profundamente erróneos que fueron sus diagnósticos. La realidad era opuesta a lo que el Sr. Díez pontificaba. La burbuja inmobiliaria fue una realidad muy fácil de predecir (como algunos de nosotros así hicimos), y cuando explotó creó un desastre. Más tarde, el Sr. Díez intentó ridiculizar aquellas voces críticas – como lo hace ahora – que vaticinábamos que las políticas públicas que se estaban siguiendo nos llevaban a una situación muy negativa, realidad que este economista mediático continuó negando. En Cinco Días el 06.12.2009 escribió que “los escenarios apocalípticos de seis millones de parados, con tasas de desempleo del 25%, están siendo refutados por la realidad”. Los datos: España entró en recesión el año 2008, de la cual salió brevemente en el segundo trimestre de 2010, para entrar de nuevo en el 2011. En 2012 se alcanzó el 26% de paro, con 6,2 millones de parados.
Tal economista fue también de los que enfatizó con mayor intensidad la salud robusta del sistema financiero español, lo cual explica que el Sr. Zapatero fuera por el mundo señalando la ejemplaridad del sistema financiero español. Así, en Cinco Días, el 22.11.2009, indicó que “no sería posible contar la historia de nuestro Pura Sangre español (queriendo decir del supuesto éxito español) sin contar con un sistema bancario tan eficiente y no tengo ninguna duda que volverá a suceder en el próximo ciclo expansivo en el que ya estamos inmersos”. La realidad ha mostrado hasta que punto este señor ha estado equivocado. Negó que hubiera una burbuja inmobiliaria, que bajarían los precios, que íbamos hacia una crisis enorme, que el sistema financiero era muy deficiente, entre otras lecturas erróneas de la realidad y ahora tiene el atrevimiento de dar lecciones sobre cómo salir de crisis, y criticando como irrealizables las propuestas que Juan Torres y yo hicimos en el documento citado anteriormente. Ahora bien, les garantizo que este señor continuará apareciendo en los mayores medios. Sus evidentes errores no serán obstáculo para que continúe siendo promovido por los mayores medios de información y persuasión del país. Así es España.