Publicat a PÚBLICO, 5 d’agost de 2010.
Aquest article critica la falta d’equilibri que existeix en la cobertura de la realitat d’Amèrica Llatina per part dels mitjans amb més gran difusió d’Espanya i que tenen la seva màxima expressió en la demonització del President Chávez de Venezuela en aquests mitjans. L’article mostra exemples de tal cobertura esbiaixada i sistemàtica.
Una vez más se ha desatado una campaña de descrédito internacional contra el gobierno Chávez de Venezuela, intentando relacionar tal gobierno con bandas terroristas colombianas. El Presidente saliente de Colombia, el Sr. Uribe (pocos días antes de traspasar su mandato al nuevo Presidente, el Sr. Santos) publicó toda una serie de fotografías y documentos que, supuestamente mostraban tal apoyo del gobierno Chávez a los terroristas colombianos. Y como era de esperar, los medios escritos y televisivos españoles de mayor difusión colaboraron extensamente y activamente en esta campaña antiChávez.
Lo que tales medios no han dicho es que esta campaña no es nueva. Todo lo contrario, era muy predecible. Mark Weisbrot uno de los mejores analistas de América Latina había predecido hace ya varios meses en el rotativo británico The Guardian que estas acusaciones aparecerían ahora, cuando una nueva asamblea (la Asamblea Nacional) será elegida en Septiembre. Venezuela ha tenido 13 elecciones o referéndums desde que el Presidente Chávez fue elegido en 1998. Y cada vez, antes de las elecciones, las mismas acusaciones de complicidad del gobierno Chávez con los terroristas y/o con el narcotráfico colombiano se han hecho contra su gobierno. No era pues de extrañar que aparecieran de nuevo y así ha ocurrido. La historia se repita.
¿Pero hay algo de cierto en ello? No, según una personas que debiera saber de ello, el General Douglas Fraser, jefe del Comando Sur de EE.UU. (U.S Southern Command), responsable de vigilar las actividades terroristas en el hemisferio sur. Frente a las preguntas en el Senado de EE.UU. del Senador John McCain (que fue en las últimas elecciones el candidato republicano a la Presidencia de EE.UU.), sobre las conexiones del gobierno Chavez con las fuerzas terroristas contestó (y cito textualmente) “hemos estado vigilando la situación muy de cerca y no hemos visto ninguna conexión que podamos comprobar que exista entre el gobierno y los terroristas”. (Senate of the U.S. Washington D.C., 11.03.2010), contestación que indignó al ultraderechista Senador McCain, que llamó en protesta a la Secretaria de Estado, la Sra. Hillary Clinton. El Departamento de Estado llamó al General al día siguiente y el jefe de la oficina Latino americana, el Sr. Arturo Valenzuela, le dijo que por razones políticas utilizara otra expresión, diluyendo su negativa. Al día siguiente, el General Fraser corrigió su testimonio.
Otra voz nada sospechosa de simpatías chavistas, es nada menos que el nuevo Vicepresidente del gobierno Colombiano, bajo la presidencia del Sr. Santos (sucesor de Uribe, del que fue su ministro de Defensa), el Sr. Angelino Garzón. Tal señor ha alabado al Presidente Chávez de Venezuela por haber alentado a las guerrillas colombianas (los llamados terroristas) a dejar las armas y abandonar su estrategia de lucha armada. En una entrevista a Radio Quito de Ecuador, el Sr. Garzón dijo (y cito textualmente): “yo valoro muy positivamente las declaraciones del Presidente Chávez en las que les dijo a las guerrillas colombianas de que su lucha armada no tenía sentido”. En esta cita el Vicepresidente Garzón de Colombia hacía referencia a unas declaraciones que el Presidente Chávez de Venezuela había hecho unos días antes indicando que la lucha armada de las guerrillas estaba siendo utilizada por las ultraderechas en Latino América -apoyadas por EE.UU.- para intervenir en América Latina. El Presidente Chávez añadió “no hay condiciones en Colombia para que puedan alcanzar el poder. Y están proveyendo la excusa para que el poder militar estadounidense penetre en Colombia y desde ahí ataque a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba”. El nuevo Presidente Santos había invitado a Chávez a las fiestas de su inauguración el 5 de Agosto. Y en este contexto, las declaraciones de Uribe intentaron romper esta posibilidad de diálogo.
Venezuela tiene una frontera de 1.375 millas, muchas de ellas en las selvas que bordean con Colombia de difícil penetración. El Director de Organization of American State, el Sr. Insulza ha indicado que “es difícil controlar aquellas fronteras. Uribe se enfada porque Chavez no controla el lado venezolano, pero el hecho es que Uribe tampoco puede controlar el lado colombiano”. En realidad, y tal como indica Mark Weisbrott en The Guardian (28.07.2010), el gobierno de EE.UU. tampoco puede controlar satisfactoriamente la movilidad de armas, drogas y personas en sus fronteras con Méjico y ello a pesar de tener más recursos y tecnología que el gobierno Venezolano.
Estos son datos que el lector no habrá leído en los medios españoles de mayor difusión. Otros datos que el lector tampoco ha leído en aquellos medios incluyen el hecho de que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha criticado, una vez más, el deplorable estado de los derechos humanos en Colombia, definiéndole como un estado en que la impunidad en la violación de tales derechos caracteriza la situación en aquel país. El portavoz de tal comisión, el Sr. Fabián Salvioli, presentó como ejemplo palpable de esta situación el caso de los “falsos positivos”, personas asesinadas por ser “terroristas” que no tenían nada que ver con la guerra en aquel país, asesinatos que se realizaron para poder mostrar éxitos en su campaña militar presentando a los asesinados como miembros de la guerrilla.
Y otra noticia silenciada es que el Presidente Álvaro Uribe de Colombia amenazó al magistrado Yesid Ramírez por pedir al Fiscal del Estado que investigase al hijo del Presidente, Tomas Uribe, por corrupción y compra de votos en las elecciones del 2006.
Estas y muchas otras noticias no aparecen en los cinco rotativos de mayor difusión del país, cuya militancia anti Chavez diluye su supuesta imparcialidad informativa debida al público. El lector debiera exigir mayor equilibrio en la cobertura que de la realidad dan los medios, pues es imposible saber lo que ocurre en el mundo, incluyendo en Latino América, sin una mayor diversidad en la información proveída en ellos.