Nota del bloc del Professor Navarro sobre la necessitat que el debat actual sobre el dèficit i el deute públic es basi en el respecte i en el rigor.
Soy consciente que mis posturas crean gran desacuerdo en muchos círculos económicos y financieros, lo cual sería una medida positiva, pues debieran estimular un muy necesario debate que tendría que hacerse con el respeto debido a cualquier postura. Esto, por desgracia, no ocurre frecuentemente en España. He vivido en Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos durante mi largo exilio, participando activamente en la vida académica e intelectual de aquellos países y tengo que admitir con gran tristeza que en ninguno de ellos percibí el nivel de hostilidad hacia mi persona que existe en algunos círculos conservadores y liberales de España. Sus comentarios siempre van acompañados de insultos y sarcasmos, procedentes incluso de figuras académicas, manipulando con gran deshonestidad los datos o argumentos que presento.
Un ejemplo de ello es una web ampliamente distribuida bajo el título “El profesor Navarro y la interpretación de los datos” en la red por los que se consideran mis adversarios en el que se capitaliza en un error de transcripción hecho por El País, en una entrevista que tal rotativo me hizo en preparación para la publicación de un reportaje que tal rotativo hizo sobre las distintas respuestas que distintos autores en temas económicos estábamos dando de la crisis. Tal reportaje, llamado “Un margen estrecho para huir de la recesión”. (El País) contenía una expresión que se me atribuía, señalando que “Estados Unidos no podría haber sido aceptado en la Unión Europea, puesto que su déficit promedio en los últimos 30 años ha sido un 6% del PIB”. Sin comprobar la veracidad de la cita mirando el original de mi artículo, colgado en mi blog, los señores de la web inmediatamente se movilizaron para intentar desacreditarme, señalando, con gran lujo de gráficos, que el déficit promedio en los últimos 30 años no había sido un 6%, sino un número más bajo. A esta denuncia de mi supuesta ignorancia, se añaden varias páginas de comentarios que rivalizan entre ellos sobre cual es más ofensivo hacia mi persona.
Si se hubieran molestado en mirar el origen de tal cita, que es mi artículo “¿Por qué no hay margen para estimular la economía?” (10.11.11) habrían visto que el original de mi artículo lee como sigue “en los últimos tres años (no 30 años como publicó El País debido a un error de transcripción) el déficit ha sido incluso mayor al español. Y mucho mayor que el promedio de la Eurozona, con lo cual no lo hubieran permitido entrar en esa comunidad monetaria”. Ignoro como aquella cita apareció en El País y lo atribuyo a un problema de comunicación entre mi despacho y el corresponsal de El País, sin culpabilizarlo en esta confusión. Pero lo que si doy fe y así lo mostré en mis escritos (pues he escrito extensamente sobre el déficit y la deuda pública estadounidense) es que conozco bien la situación del déficit y de la deuda pública y que no me merezco ni la crítica ni los insultos gratuitamente proveídos. Errores en las transcripciones en la prensa diaria son frecuentes y es parte de la mezquindad que caracteriza a grandes sectores del pensamiento conservador de este país de que tienen que recurrir a estos errores para crear todo un montaje de intento de desacreditar a su adversario. Estos comportamientos hablan más de la falta de potencia intelectual de sus argumentos y escasa honestidad en su comportamiento que de los inexistentes errores del que consideran ser su adversario.