Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 16 de diciembre de 2014.
Este artículo responde a las declaraciones del Presidente del Banco Central Alemán, publicadas en una entrevista del pasado sábado en El País, en las que indicaba que la reestructuración de la deuda que los Profesores Juan Torres y Vicenç Navarro propusieron en el documento que les había pedido Podemos sobre líneas estratégicas para desarrollar un gobierno progresista en España amenaza a la economía española.
El pasado sábado 13.12.14 la portada de El País tenía en el lugar más prominente un titular que decía “El Bundesbank dice que las propuestas de Podemos amenazan la economía”. Estas declaraciones se atribuían al Presidente del Bundesbank, el Banco Central Alemán, el Sr. Weidmann, a lo largo de una entrevista que dicho rotativo le hizo hace unos días. Lo que, en realidad, tal señor estaba comentando no era el programa económico de Podemos, sino el documento que Juan Torres y yo presentamos a Podemos, a petición suya, para que se iniciara un debate dentro y fuera de tal partido. Como coautor de ese documento siento la necesidad de responderle, señalando que no son las propuestas que Juan Torres y yo hacemos en el documento, sino las políticas públicas promovidas por el Bundesbank, las que han ido destruyendo la economía española, contribuyendo a crear las enormes crisis económicas y financieras que nuestras propuestas intentan resolver. La gran cantidad de deuda pública de la que se lamenta el Sr. Weidmann no se debe a un inexistente derroche de gasto público (en realidad, cuando la crisis se inició en el año 2007, el Estado español estaba en superávit), sino a las políticas llevadas a cabo por el Banco Central Europeo bajo la influencia del Bundesbank. Veamos los datos.
Como resultado del diseño del Banco Central Europeo (BCE), consecuencia de la excesiva influencia del Bundesbank en su establecimiento, el BCE no es un banco central como lo es el Federal Reserve Board (el Banco Central de EEUU), el Banco de Inglaterra o el Banco de Japón. Lo que un banco central hace, frente a la especulación de los mercados financieros, es ayudar a los Estados comprándoles su deuda pública, protegiéndolos así de tener que pagar unos intereses elevadísimos a la banca privada para conseguir dinero prestado. El hecho de que el BCE no haga esto –es decir, que no compre deuda pública- está en la raíz de que España haya tenido que pagar unos intereses artificialmente altos, a beneficio de la banca privada, incluyendo la banca alemana.
La segunda razón de que el Bundesbank haya estado perjudicando a España es que, a través de su influencia, el BCE ha estado también presionando para que no se estimule la economía, exigiendo políticas de austeridad del gasto público y reformas estructurales (que quiere decir reformas laborales que han reducido los salarios y los puestos de trabajo), las cuales han disminuido la demanda doméstica, creando un grave problema como consecuencia de ello. España y Europa han tenido tres recesiones durante estos últimos años de la Gran Recesión.
Y la tercera razón de este daño es que, como resultado de su defensa de la banca alemana y de sus intereses, y de la escasa vocación reguladora del Bundesbank, este permitió que la banca alemana fuera la que estimulara y facilitara la burbuja inmobiliaria española, cuya explosión fue la causa del colapso del crédito. Ante esta realidad, lo primero que hizo el Bundesbank no fue ayudar a la población española, sumamente endeudada, sino proteger a su banca, presionando para que se prestara al Estado español millones de euros (que aumentaron la deuda considerablemente) para que el Estado pudiera pagar la deuda contraída con la banca alemana por parte de los bancos españoles. De esta manera, una deuda privada se hizo pública.
Cualquier persona conocedora de la realidad que nos rodea concluirá que el Banco Central Alemán, presidido por el Sr. Weidmann, es muy responsable, no solo de la elevada deuda pública española, sino también de las dificultades que tenemos para pagarla. En realidad, todos los enormes recortes de servicios públicos que España está sufriendo se deben, en parte, a la necesidad de pagar una deuda que es claramente desorbitada. Si no tuviéramos la elevada deuda que tenemos ni tuviéramos que pagar los intereses de la deuda (en parte a los bancos alemanes), no tendríamos que hacer los recortes de gasto público que están reduciendo la demanda doméstica y, por lo tanto, reduciendo el estímulo y el crecimiento económico. Es extraordinario que los periodistas de El País que hicieron la entrevista no resaltaran estos hechos en la entrevista al Presidente del Bundesbank.
Pero la situación es incluso peor. Una de las propuestas de lo que se define erróneamente como el programa económico de Podemos es la reestructuración de la deuda, que afectaría a los intereses de la banca alemana, reduciendo sus beneficios. Y de ahí que el Sr. Weidmann no quiera que se hable de esta medida. Insiste en que la deuda pública debe siempre pagarse, olvidándose de que Alemania ha sido el país de Europa donde el no pago de la deuda pública del Estado ha sido más grande. Los Aliados que derrotaron a la Alemania nazi perdonaron la deuda del Estado alemán, adquirida después de la II Guerra Mundial, a fin de que pudiera recuperarse y salir del hoyo económico en el que se encontraba como resultado de haber sido vencida en aquel conflicto mundial. Es más que paradójico que el Estado europeo que se ha beneficiado más de la mayor quita que haya existido en Europa, ahora se presente como el mayor opositor a que se redefina la deuda pública, creada, además, por un sistema financiero que se diseñó a su gusto y que está destrozando la economía española y la europea.