Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 4 de mayo de 2016.
Este artículo hace una crítica muy dura de la movilización política y mediática en contra de las izquierdas (y muy especialmente en contra de Podemos en general, y de Pablo Iglesias en particular), responsabilizándolas de que no haya podido haber una alternativa al gobierno Rajoy. El artículo indica que, una vez más, las fuerzas conservadoras están utilizando el argumento de la «unidad de España» para defender sus intereses económicos y financieros.
La causa de que no haya un gobierno alternativo al del Sr. Rajoy hoy en España –según la dirección del PSOE y de los medios afines a tal partido, tales como El País y los informativos de La Sexta– es que Podemos en general, y Pablo Iglesias en particular, se opusieron incluso a explorar la propuesta que había hecho Pedro Sánchez de establecer una alianza PSOE-C’s-Podemos, basada en el pacto PSOE-C’s, al cual se invitó a Podemos a sumarse, una vez alcanzado el pacto. Ha habido una enorme movilización del mundo mediático, y de intelectuales próximos al PSOE, para responsabilizar a Podemos en general, y a Pablo Iglesias en particular, de que hoy no haya un gobierno alternativo al de Rajoy. Incluso personas claramente de izquierdas han hecho y continúan haciendo declaraciones o firmado manifiestos en los que se repite esta argumentación, insinuando la enorme irresponsabilidad de Pablo Iglesias y de Podemos (presentado como mero seguidor del líder) en obstaculizar el establecimiento de un gobierno alternativo al de Rajoy.
Tengo que admitir que me ha costado entender la intensidad y repetitividad de este argumento a la luz de una evidencia tan clara de que sí que había otra alternativa para sacar al PP del gobierno a la que proponía el PSOE. Solo la falta de diversidad ideológica de los mayores medios de información de este país puede explicar esta situación, pues estos medios han silenciado e incluso ocultado tal alternativa. Pero, una vez convocadas ya las nuevas elecciones, parece que el Sr. Pedro Sánchez decidió referirse, por fin, a que sí que había otra alternativa, desfigurándola y faltando a la verdad en el proceso de reconocimiento de tal alternativa. En unas declaraciones publicadas en El País (27.04.16), tal dirigente del PSOE dijo lo siguiente: “siempre dije que no iba a hacer descansar el gobierno de España en fuerzas políticas que quieren romper España, y con respeto a las mismas no contaré con ellas”.
La famosa defensa de la “unidad de España” como argumento para no aceptar una alternativa de izquierdas
Ahí está el punto clave del que nunca se habló abiertamente durante la campaña, excepto en insinuaciones y manipulaciones que se repetían también en los mayores rotativos, como El País, que presentaban a Podemos y a sus aliados como una amenaza para la “unidad de España”, con aliados como En Comú Podem, que eran descritos sistemáticamente como independentistas. Es práctica común en El País referirse a En Comú Podem como independentistas. Solo un ejemplo entre miles. Los corresponsales de El País Anabel Díez y Pere Ríos, en su informe publicado en primera página el día 04.04.11, titulado “Líderes del PSOE advierten a Iceta de que no ceda al independentismo”, definen a En Comú Podem como un partido con posiciones independentistas, lo cual se hace continuamente. Y también El País y sus informadores se refieren al referéndum que Podemos y En Comú Podem proponían que se realizara en Catalunya como referéndum independentista.
La falsedad de tales aseveraciones aparece con toda claridad cuando se leen los programas electorales de estos partidos. Ninguno de estos partidos es independentista. De ahí que se debe concluir que los corresponsales de El País o son incompetentes, o están mintiendo. Una situación semejante ocurre en cuanto al referéndum. El referéndum es para que la población en Catalunya pueda votar si quiere o no separarse de España, referéndum que es más que probable que hoy resultara en una mayoría a favor de su permanencia en España. En realidad, una de las principales razones del crecimiento del independentismo es, precisamente, la negativa a que la población catalana pueda expresar sus preferencias. El referéndum en sí no está ni a favor ni en contra, es un mero instrumento democrático para que la población exprese sus sentimientos.
Tales afirmaciones de Pedro Sánchez y de los medios próximos a él eran y continúan siendo manipulaciones y mentiras que muestran el grado de mezquindad al cual se ha llegado en la campaña que intenta promover odio (sí, promover odio) hacia Podemos y Pablo Iglesias, y hacia a sus aliados, presentándolos como anti-España. Los estándares de comportamiento de los mayores rotativos alcanzaron ya las dimensiones de las derechas latinoamericanas, que no tienen límites en su intento no solo de vencer, sino de destruir al adversario, al cual se le ve como el enemigo.
Qué es la famosa defensa de la “unidad de España”
Veamos cuál era la alternativa que apoyaba Podemos, En Comú Podem, en Marea, Compromís e IU. Y verán que ninguna de estas fuerzas está llamando a la ruptura de España. La otra fuerza política a la que se proponía invitar a sumarse a esta alianza era el PNV, que no es tampoco un partido independentista. ¿Por qué Sánchez está mintiendo y los rotativos están mintiendo con toda desfachatez? Y la respuesta está clara. Porque quieren movilizar el sentimiento patriótico del nacionalismo españolista, todavía ampliamente extendido en España, para defender, como siempre han hecho las derechas en España, “la unidad de España”, un pretexto bajo el cual se oculta la intención de defender los intereses económicos de la estructura de poder de este país. La historia se repite. Las oligarquías económicas y financieras que dominaban la vida económica del país, ante el terror de ver sus privilegios afectados negativamente, realizaron un golpe militar el 18 de julio de 1936 para defender sus intereses bajo la llamada para defender la “unidad de España”, que, por cierto, nadie estaba amenazando.
No es la desunión, sino la redefinición de España
Los tres partidos proponentes del nacionalismo españolista (el PP, el PSOE y C’s) están defendiendo las políticas neoliberales que han estado imponiendo a la población española utilizando el argumento de que están defendiendo la “unidad de España”, unidad que, ahora, como en 1936, el gobierno alternativo no hubiera amenazado. Se está deliberadamente confundiendo la redefinición con la desunión de España. El argumento, entonces y ahora, en contra de los “rojos” (ahora llamados utópicos o irrealistas) y “separatistas” es la gran argumentación en defensa de sus intereses económicos y financieros.
El PNV es un partido nacionalista cristianodemócrata. Y para una persona progresista, las políticas económicas y sociales cristianodemócratas son en general más aceptables que las propuestas por los partidos neoliberales como Ciudadanos. El PSOE (y, sobre todo, su equipo económico de clara orientación neoliberal) prefirió a Ciudadanos (tal como también escribió Jordi Sevilla en El País el 28.04.16) bajo el argumento de que los dos defienden la “unidad de España”.
El nuevo gobierno hubiera sido el resultado del apoyo y la alianza de una mayoría de fuerzas políticas que quieren romper con las políticas neoliberales que han llevado a las clases populares de España a un desastre. Es urgente que se establezca este frente amplio en contra del neoliberalismo. Teniendo en cuenta la enorme impopularidad de las políticas neoliberales iniciadas por el PSOE, expandidas por el PP y aplaudidas por C’s, hoy existe la posibilidad de establecer un amplio abanico de alianzas. Llamar independentista a este nuevo gobierno basado en la alianza de las izquierdas con el PNV es simplemente de una mala leche y mezquindad extraordinarias, pues ninguno de ellos defiende o propone ninguna secesión.
¿Dónde está el independentismo?
Ahora bien, se dirá que para la investidura del gobierno alternativo se requería, no la aprobación, sino la abstención de partidos independentistas catalanistas, como ERC y Democràcia i Llibertat, lo cual previsiblemente ocurriría, pues para ambos partidos el gobierno del PP ha sido también una pesadilla. Pero esta abstención se presenta, de nuevo, como consecuencia de las simpatías independentistas de Podemos y de IU. Más mala leche. Estos partidos independentistas son todos ellos claramente democráticos, y tienen toda la legitimidad para proponer lo que deseen, incluyendo la secesión de España de sus comunidades. ERC fue, por cierto, un leal colaborador del gobierno tripartito en Catalunya. Y en las Cortes ha aprobado leyes que han beneficiado mucho más el bienestar de las clases populares que las leyes votadas por el PP, el PSOE y C’s. Ahora bien, el nuevo gobierno alternativo no les hubiera pedido su apoyo, que quiere decir que voten sí a la investidura. Era lógico que se hubieran abstenido (como ya habían insinuado) porque el peor gobierno español para Catalunya, sea ésta un Estado independiente o un Estado autonómico, era y es el gobierno del PP. ¿Cuál es la objeción a tal abstención?
¿Qué ocurrirá?
La derecha (PP y C’s) intentará, una vez más, poner como el eje central de las próximas elecciones “la defensa de la unidad de España”, como hicieron en el conjunto del Estado para movilizar la bandera española contra los radicales utópicos, y contra los separatistas, mensaje que en la España uninacional, radial y antiplurinacional se vende bien, como han mostrado las sucesivas elecciones.
La otra alternativa debería ser poner en el eje central el tema económico-social, estableciendo un frente antineoliberal que puede abarcar una amplia coalición no solo de las izquierdas (que necesitan aliarse respetando la diversidad institucional), sino de otras formaciones políticas que son antineoliberales y que deberían incluir sectores del PSOE que se rebelen contra la alianza con C’s. No es casualidad que las medidas ultraliberales sean promovidas por las derechas españolas que intentarán, una vez más, utilizar el tema nacional para esconder y ocultar el desastre social al que han llevado al país. Y en esta movilización antineoliberal, es importante subrayar que los que siempre han defendido la soberanía popular han sido las fuerzas auténticamente democráticas de este país, soberanía hoy abandonada por las mismas fuerzas que lo han estado dañando tanto. Son estas mismas fuerzas las que han adoptado una actitud dócil y servil al Estado alemán y al establishment financiero-económico-político de la Eurozona, así como la aceptación y promoción del tratado de libre comercio entre EEUU y la UE (el TTIP), que significa la pérdida de la soberanía de los Estados frente a los poderes económicos y financieros, sin ningún freno. Y estos partidos tienen la desfachatez de presentarse como los grandes patriotas defensores de la “unidad de España”.