La estrategia seguida por las compañías farmacéuticas productores de la vacuna anti-COVID a los dos lados del Atlántico Norte, conforme a las leyes del mercado, es atender a los países ricos este año y dejar la vacunación de los países pobres (donde la mayoría de la población vive), para los años 2022, 2023 y 2024. Esta estrategia, que es la dominante en el mundo hoy, es un suicidio colectivo para toda la humanidad, incluyendo los países ricos.
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