El hecho de que las discriminaciones y formas de explotación que existe en la sociedad (que explica el surgimiento de movimientos sociales progresistas tales como el feminismo, el ambiental y climático, y el sindical, entre otros), tengan causas comunes, debería estimular la formación de estrategias conjuntas de cambio, como ocurre en los países escandinavos, de tradición solidaria, a diferencia de lo que ocurre en países liberales como EEUU. España está en una situación de transición esperanzadora.
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