Este artículo analiza las enormes limitaciones de la democracia estadounidense, que aparecen con toda claridad en las elecciones actuales a la Presidencia  y al Congreso de EEUU. La Primera Parte presenta los grandes déficits democráticos en el sistema electoral que limita en gran manera la representatividad de tales instituciones, debido en gran parte a un sistema electoral financiado privadamente que facilita el control de tales instituciones por parte de la clase empresarial del país a costa de las clases populares que tienen muy poco poder lo que explica la pobreza de sus derechos laborales y sociales. La Segunda Parte presenta las características de las candidaturas actuales  de Harris y del Partido Demócrata, partido liberal que pertenecía al mismo grupo internacional que Convergencia y Ciudadanos y que se presenta como el defensor de las clases medias. Y Trump y el Partido Republicano, controlado por las ultraderechas y que se presenta como los “defensores de la clase trabajadora.” No hay un partido de izquierdas lo cual explica en parte la pobreza del Estado del Bienestar en EEUU.

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