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Artículo publicado por Vicenç Navarro, 6 de diciembre de 2011

Este artículo describe las propuestas que se han realizado en EEUU, apoyadas por los sindicatos estadounidenses, para salir de la crisis, tomando la experiencia de la Administración Roosevelt a principios del siglo XX como su punto de inspiración.

La experiencia histórica muestra claramente que es lo que debería hacerse para salir de la crisis actual. Podemos ver, por ejemplo, qué hizo la Administración Roosevelt para salir de la Gran Depresión en EEUU a principios del siglo XX. Tal administración interpretó correctamente cuál era el mayor problema que existía en la economía estadounidense: la falta de demanda, resultado, entre otros factores, del crecimiento del desempleo. Éste se percibió correctamente como un problema, no sólo humano y social, sino también económico. Más del 25% de la población adulta estaba desempleada, y ello determinaba un enorme problema de falta de demanda. De ahí que la creación de empleo fuera uno de los objetivos más importantes de la Administración Roosevelt. Un gobierno progresista debería hoy considerar la reducción del desempleo como uno de sus mayores objetivos, no sólo por razones humanas y sociales, sino también por razones económicas. El desempleo no es sólo un síntoma, sino también una causa de la crisis y de la recesión económica.

Los argumentos neoliberales

La respuesta neoliberal, ampliamente sostenida en la cultura política dominante del país, reproducida machaconamente en los mayores medios de información y persuasión, es que el desempleo se resolverá cuando “los estados recuperen la confianza de los mercados financieros “(la frase más utilizada en la narrativa neoliberal) mediante la reducción del déficit y de la deuda pública. Y añaden que, mientras tanto se recupere la famosa confianza de los mercados, la reducción del desempleo puede facilitarse mediante la flexibilización del mercado de trabajo, que es el eufemismo utilizado para indicar que hay que facilitar el despido de los trabajadores por parte de los empresarios.

Tales argumentos se utilizaron, también, por parte de las fuerzas conservadoras en el inicio de la Gran Depresión en EEUU por parte de la banca y la gran patronal para justificar políticas semejantes a las que se han estado llevando a cabo en los países de la Eurozona, incluyendo España. Su propuesta para salir de la crisis era reducir el déficit y la deuda pública, bajar los salarios y debilitar la protección social. Estas políticas, sin embargo, empeoraron la situación dramáticamente. De ahí que la Administración Roosevelt cambió 180º tales políticas, revirtiéndolas y poniendo como eje central de sus políticas públicas la creación de empleo, incluyendo creación de empleo público, facilitando a la vez  el incremento de los salarios, y todo ello con el objetivo de estimular la demanda y el crecimiento económico.

La primera medida que tomó la Administración Roosevelt para crear empleo fue la creación del Civil Works Administration, que tenía por objetivo crear inmediatamente (en seis meses) 4.2 millones de puestos de trabajo. También inició el Civilian Conservation Corps., que empleó a jóvenes (medio millón) con escasas cualificaciones, para trabajar en parques, bosques y jardines. Y en 1935 creó el Public Works Administration, que reconstruyó la infraestructura, un tanto abandonada, de carreteras federales, puentes, pantanos y edificios públicos, empleando a más de 8.5 millones de trabajadores en el periodo 1935-1943.

Todas estas intervenciones facilitaron que la economía creciera a una tasa de un 10% por año. En 1937, el desempleo había disminuido a la mitad. En 1941 la economia había alcanzado los mismos niveles que tenía antes de la Gran Depresión.

Qué debiera hacerse ahora: las propuestas de los sindicatos estadounidenses

El desempleo en EEUU (que se calcula sumando a las personas en situación de desempleo aquellos trabajadores que han abandonado la búsqueda de trabajo por la dificultad de encontrarlo, así como los que trabajan a tiempo parcial porque no encuentran trabajo a pleno empleo) es de un 16% de la población. De ahí que Martin Bennett y Richard Walter, con claro apoyo de los sindicatos estadounidenses, hayan hecho propuestas (The Job Crisis: What did Roosevelt do that Obama should?, noviembre de 2011) que son relevantes también para otros países, incluyendo España. Según tales autores, el gobierno Obama debería gastarse 500.000 millones de dólares en los próximos tres años en:

1) recuperar y emplear de nuevo a los trabajadores (empleados públicos) que fueron despedidos en los gobiernos locales y estatales (equivalente a los autonómicos);

2) crear nuevos puestos de trabajo en las áreas sociales (tales como maestros, ayudantes de escuela, centros de infancia, servicios domiciliarios y atención sanitaria) y en nuevos sectores energéticos (tales como conservación, mantenimiento y ahorro de energías), pagándoles el salario medio de 16 dólares por hora.

3) crear infraestructuras físicas, hoy muy deterioradas, como escuelas, carreteras, nuevos sistemas de transporte no contaminantes, trenes de alta velocidad para el transporte de personas y mercancías, y viviendas de precio medio y bajo.

Tales programas se financiarían a base de:

1) Incrementar la tasa de gravación del 1% de la población que tiene mayores ingresos (que ha pasado de tener el 9% de todas las rentas en 1976 al 24% en 2007), subiéndola del 35% que tienen ahora al 70% que tenían en 1980.

2) Eliminar las ventajas fiscales de las rentas del capital, en aquellas empresas que han visto aumentar sus beneficios en los últimos tres años de crisis sin haber incrementado sus impuestos. El impuesto sobre las rentas del capital se ha reducido a la mitad en los últimos sesenta años. Muchas empresas como Verizon, Bank of America y General Electric no pagaron ningún impuesto en 2010.

3) Incrementar el 5,6% los impuestos a ingresos mayores de 1 millón de dólares.

4) Terminar con la rebaja impositiva de los súper ricos, aprobada por el presidente Bush.

5) Aumentar los impuestos de las transacciones bancarias (0,5%) basadas en rentas del capital, tales como acciones y valores.

Tales medidas fiscales generarían los recursos con los cuales crear ocupación. Propuestas semejantes hemos sugerido Juan Torres, Alberto Garzón y yo mismo en nuestro libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España. El hecho de que en España ni siquiera se citen estas alternativas, se debe única y exclusivamente al enorme poder que los grupos afectados por tales políticas fiscales tienen sobre los Estados central y autonómicos en España. Así de claro.

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