feb 06

Artículo publicado en el diario digital EL PLURAL, 6 de febrero de 2012

Este artículo compara el comportamiento de gobiernos y/o tribunales en varios países de América Latina, juzgando crímenes realizados por las dictaduras con la situación actual en España en que el Tribunal Supremo está enjuiciando al único juez que se atrevió a corregir la injusticia hecha a las víctimas del terror de la dictadura española.

El contraste entre lo que está ocurriendo en Latinoamérica, en relación al análisis de su pasado, y lo que está ocurriendo en España, con el enjuiciamiento del Juez Garzón por el Tribunal Superior por sus pesquisas para encontrar a los desaparecidos, honrarlos y encontrar a los responsables, no puede ser más llamativo y vergonzoso para España. Durante la última semana (estoy escribiendo este artículo el 15 de Enero de este año, 2012) hemos visto cómo gobiernos y/o tribunales de Guatemala, Argentina, Colombia y El Salvador han tomado medidas para sancionar intervenciones de sus Estados durante periodos dictatoriales en contra de partidos y movimientos democráticos que se opusieron al recorte de derechos humanos llevados a cabo por tales Dictaduras. En Guatemala, por ejemplo, el dictador Efraín Rios Montt será juzgado por el genocidio que ocurrió durante su mandado (genocidio que tuvo lugar con el apoyo del gobierno federal de EEUU) en contra de las comunidades indígenas mayas, la mayoría simpatizantes de los movimientos sociales reivindicativos de izquierdas. La brutal represión llevada a cabo por Ríos Montt fue continuación de la que ocurrió en más de 36 años y que causó más de 200.000 muertes. El Presidente Reagan de EEUU visitó Guatemala para apoyar y aplaudir tal campaña de represión, denunciada por organizaciones de derechos humanos por ser un genocidio. Tal enjuiciamiento de Ríos Montt ocurre en Guatemala a pesar de la resistencia del actual gobierno, presidido por otro militar, el general Otto Pérez Molina, que había sido comandante del ejército en los territorios donde ocurrió la mayor represión.

En El Salvador, el Presidente Mauricio Funes ha pedido perdón por la masacre llevada a cabo por las fuerzas armadas en 1981, cuando más de 1.000 personas fueron asesinadas en El Mozote. Y en Colombia, el Presidente Juan Manuel Santos, también pidió disculpas por la intervención del estado a favor de las fuerzas paramilitares de la ultraderecha que asesinaron a 50 personas en El Tigre. Y en Argentina, los tribunales están llevando a juicio a empresarios que colaboraron con la dictadura, participando en los abusos cometidos por tal sistema. Un ejemplo de ello es Marcos Levin, el propietario de una compañía de transporte privado, que reprimió y torturó a obreros que protestaron por las condiciones de trabajo durante la dictadura. Todos éstos son ejemplos de lo ocurrido sólo durante una semana, noticias que usted, lector español, no habrá leído en los mayores medios de información y persuasión, a no ser que lea la prensa extranjera, como The Guardian (del cual extraigo toda esta información).

Mientras estos hechos estaban ocurriendo en América Latina, en España, la semana coincidió con el enjuiciamiento por nada menos que el Tribunal Supremo, del único Juez que se atrevió a juzgar los crímenes del franquismo, el Juez Garzón. ¡Qué vergüenza y escándalo internacional! ¿Es que no se dan cuenta los cuatro jueces que han votado seguir adelante con el esperpéntico enjuiciamiento del Juez Garzón, de la imagen que está dando el Tribunal Supremo y toda España de cara al mundo? ¿No se dan cuenta, en su conservadurismo y localismo, que están avergonzando, además de ofendiendo, a todas las personas demócratas en España y en el mundo? Su ultra conservadurismo, tolerante del fascismo (y no utilizo este término de una manera ligera sino con pleno conocimiento de lo que es el fascismo y su mentalidad y cultura) está haciendo un enorme daño a la democracia española. En realidad, su tolerancia y protección de los crímenes del fascismo sería causa en muchos países democráticos de enjuiciamiento. Que en nuestro país sean estos personajes los que se sientan en el Tribunal Supremo habla montones de la baja calidad democrática de nuestras instituciones, y muy en particular del Tribunal Supremo. ¿Se imagina alguien en España que el Tribunal Supremo de Alemania enjuiciara a un letrado por investigar los crímenes del nazismo, o que la Corte Suprema italiana hiciera lo mismo con un juez que investigara los crímenes del fascismo, o en Francia, un Tribunal Supremo llevara a un juez a los Tribunales por intentar encontrar a los desaparecidos, asesinados por el gobierno de Vichy? Pues esto es lo que está ocurriendo en España.

Ver artículo en PDF

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies