Article publicat per Vicenç Navarro a la columna “Dominio Público” al diario PÚBLICO, 16 de juny de 2016.
Aquest article és una crítica predominantment de les dretes d’aquest país (incloent Catalunya) sobre les seves propostes per garantir la igualtat d’oportunitats.
Uno de los principios de la ideología neoliberal es que las desigualdades en una sociedad no afectan el bienestar de la población. Recientemente, varios medios de información han publicado las opiniones del Premio Nobel de Economía, el Sr. Robert Lucas, perteneciente a tal sensibilidad neoliberal, el cual, invitado por círculos económicos en Catalunya, próximos al partido neoliberal Convergència Democràtica de Catalunya, CDC (perteneciente a la misma familia política neoliberal que Ciudadanos), ha indicado que las desigualdades, por muy acusadas que sean, no afectan negativamente el bienestar de la población. La insistencia en la promoción de este principio aparece paralelamente al continuo crecimiento de las desigualdades en España (incluyendo Catalunya), consecuencia de la aplicación de las políticas de austeridad fiscal y bajada de salarios provocada por las reformas laborales y recortes de gasto público impuestos a la población por los gobiernos Zapatero y Rajoy en España, y Mas en Catalunya, y aplaudidas por el partido Ciudadanos.
Últimamente este principio ha variado algo al señalar que las desigualdades no tienen por qué ser intrínsecamente negativas para el bienestar de la población si se asegura que todo el mundo puede llegar, por propio mérito, a la cima de la escala social. De ahí el énfasis del Sr. Rajoy, del Sr. Rivera y del Sr. Homs (candidatos a la presidencia del gobierno español en representación, respectivamente, del PP, de Ciudadanos y de CDC) en las propuestas (que aparecen en los programas electorales de sus partidos) encaminadas a garantizar la igualdad de oportunidades para todos los niños y adolescentes, de manera que, independientemente de la clase social en la que uno nazca, todos puedan llegar a la cúspide social, si se esfuerzan y acumulan méritos. Y ahí aparece el imaginario oficial, que muestra a gente de gran fama, riqueza y estatus que nació en familias humildes. El Presidente Obama, que fue criado por una madre soltera, con pocos medios, se presenta como un caso claro (y en Catalunya, el Sr. Fainé, presidente de CaixaBank, uno de los mayores banqueros del país, ha citado sus orígenes humildes como ejemplo de movilidad social, lo que refleja que cualquier persona, con trabajo y mérito, puede llegar tan alto como quiera). El sueño neoliberal, conocido en EEUU como el “sueño americano”, se basa en esta lectura de aquel país como el modelo de la sociedad de la igualdad de oportunidades. EEUU se presenta así, frente a Europa, como una sociedad abierta en que los inmigrantes de todo el mundo se integran y sus hijos ascienden a altos puestos, inalcanzables para los padres. Aparece así el “sueño americano” como referencia de las fuerzas políticas de sensibilidad conservadora y neoliberal.
La falsedad de la supuesta igualdad de oportunidades
Esta tesis, sin embargo, está siendo cuestionada por los estudios científicos que muestran una relación clara entre desigualdad y movilidad social. A mayor desigualdad en un país, menos movilidad social. La evidencia es robusta, convincente y clara. Los países escandinavos, en el norte Europa (que han sido gobernados durante la mayor parte de los años desde la II Guerra Mundial por partidos socialdemócratas en alianza con partidos comunistas o más recientemente con partidos verdes), con menos desigualdades sociales, tienen mayor movilidad social que los países del sur de Europa (como España, Grecia, Portugal e Italia) o EEUU, que tiene mayores desigualdades y menor movilidad social. Y los países de América Latina, donde las desigualdades adquieren mayores dimensiones, son los que tienen menor movilidad social. Los hijos de familias de rentas bajas de los países más desiguales tienen muchas menos probabilidades de llegar a niveles superiores de renta (en el curso de una generación) que en los países menos desiguales. En realidad, España, incluyendo Catalunya, es uno de los países con menor movilidad social de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo al español). Las políticas para mejorar la movilidad social están condenadas al fracaso, a no ser que se disminuyan las desigualdades. Ninguna de las propuestas realizadas por estos partidos para favorecer la movilidad social tendrá ningún impacto, o su impacto será muy limitado, a no ser que vaya precedida de medidas profundamente redistributivas que disminuyan las desigualdades, lo cual no existe en ninguno de los partidos representados por el Sr. Rajoy, el Sr. Rivera y el Sr. Homs. Así de claro. Es de lamentar que las políticas del gobierno del PSOE durante la Gran Recesión contribuyeran al aumento de las desigualdades y a la consecuente reducción de la igualdad de oportunidades, como resultado de sus políticas de austeridad y reforma laboral, que fueron continuadas e incluso expandidas después por el gobierno del PP. Y es sorprendente que el Sr. Pedro Sánchez no haya hecho una autocrítica de tales políticas.
Una última observación: de nuevo, las mentiras de Ciudadanos
Escribí este artículo ayer miércoles, antes de ver el espacio televisivo que apareció en El País que incluía el debate entre los responsables del equipo económico de los cuatro partidos estatales (PP, PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos), y una vez más vimos la enorme ligereza y frivolidad en la utilización de los datos económicos presentados por los representantes de la derecha en este país, el Sr. Luis de Guindos por el PP y el Sr. Luis Garicano por Ciudadanos. El formato del mal llamado debate reprodujo lo que caracteriza tales eventos en los canales de televisión de este país, donde, por regla general, las derechas muestran su limitadísima cultura democrática, constantemente interrumpiendo (cuando no insultando, y siempre manipulando) a sus adversarios, sin dejarles apenas hablar. Y como siempre, sin que el moderador hiciera nada para interrumpir tal agresividad. Y como ya está siendo costumbre en Ciudadanos, el nivel de tal práctica alcanza niveles que deberían ser denunciados por el moderador, cosa que nunca ocurre. El Sr. Garicano continuó mintiendo (diciendo que si Unidos Podemos gobernara se saldría del euro, entre otras falsedades, como ha estado repitiendo Ciudadanos en esta campaña, tal como indiqué en el artículo de ayer en Público, “Las mentiras, falsedades y calumnias de Albert Rivera”), centrando su agresividad y mala educación hacia el representante de Unidos Podemos, el Sr. Nacho Álvarez. Pero la hostilidad del Sr. Garicano (que me dicen que es profesor de la London School of Economics, fundada, por cierto, por Harold Laski, un socialista que tenía una gran comprensión de los temas económicos y un gran compromiso con la corrección de las desigualdades, que por lo visto no se reproduce en el Sr. Garicano) impidió en varias ocasiones al Sr. Nacho Álvarez terminar la presentación de datos que le rebatían. Ciudadanos, el instrumento del IBEX-35, está haciendo la labor asignada por el establishment financiero-económico del país de parar por todos los medios a Unidos Podemos, al cual tienen pánico por la posibilidad de que junto con un renovado PSOE pudieran gobernar este país, una situación que este país necesita tanto como el aire que respira.